El Juzgado de Garantía de Panguipulli determinó arresto domiciliario total como fue solicitado por la Fiscalía.
Durante este lunes, se llevó a cabo la audiencia de formalización contra el carabinero Juan González Iturriaga, acusado de matar al joven malabarista Francisco Martínez durante un control preventivo de identidad, en la comuna de Panguipulli, acusándolo de ser autor de homicidio simple.
Aquel hecho ocurrió pasada las 15:00 horas del 5 de febrero, cuando la víctima se encontraba recolectando dinero por sus malabares.
Fiscalía: malabarista recibió un sexto “e innecesario disparo” que le provocó la muerte.
De acuerdo al relato efectuado por el fiscal jefe de Los Ríos, Juan Agustín Meléndez, el imputado percutó seis disparos, siendo un “el último innecesario en la parte torácica”, el que le causa la muerte de forma instantánea”.
“El disparo letal es el último, el cual, cuando se describa, le puedo señalar en un lenguaje no médico que es uno que da en el corazón”, agregó Meléndez.
En dicho momento, el persecutor indicó que el imputado, junto a dos uniformados más, se acercaron a Martínez y le solicitaron su carnet de identidad, pero que este se negó y comenzó a amenazar a los policías usando los machetes que portaba.
Asimismo, el Ministerio Público señaló que es en este contexto en que González Iturriaga disparó al aire, lo que no amedrentó a Martínez.
Abogado querellante: “El último disparo constituye una circunstancia alevosa”.
El abogado querellante, Rodrigo Román, indicó que “en ningún caso, un control de identidad puede ser con pistola en mano (…) El fiscal jefe acaba de aclarar que el último balazo fue directo al corazón, en esa región. Un disparo absolutamente innecesario, por decirlo menos e informalmente, desproporcionado. Aquella circunstancia da cuenta indudablemente del agravante espefícico del homicidio: es alevoso (…) Cuando se va a actuar en legítima defensa o cuando no se tiene el ánimo de matar, normalmente los disparos van hacia las extremidades inferiores, las piernas”.
La versión de los policías, de que se habría defendido legítimamente porque habría recibido un machetazo en su gorra, es una cosa que está por verse. Lo cierto es que no logramos apreciar que la gorra saltara a ninguna parte, no fue fijada fotográficamente por la policía, nada de eso”.
Luego, añadió el abogado, “as imágenes que vimos son las que se exhibieron e incluso fueron acompañadas por fotogramas explicados por el fiscal. Con eso en el fondo se quiere justificar que se habría actuado con legítima defensa”.
“Al menos respecto al imputado, Juan González, concurren los hechos suficientes para calificar que su conducta se ajusta a lo que impone el legislador penal (…) Le disparó en el corazón a Francisco Martínez, un disparo completamente innecesario. Ese último disparo constituye una circunstancia alevosa (…) La víctima no tenía ninguna posibilidad de defenderse”, agregó Román.
Para cerrar, el abogado querellante sostuvo que “sostengo la petición de que se decrete la prisión preventiva en un lugar común de los establecidos para cualquier imputado”.
INDH: “Estamos ante una violación a los derechos humanos”.
En tanto, el Instituto Nacional de Derechos Humanos solicitó igualmente prisión preventiva respecto del imputado. El jefe (s) de la Unidad de Protección de Derechos del organismo, Pablo Rivera, señaló que “entendemos que se dan los requisitos legales para la resolución de esta medida cautelar y son bastante claros (…) Claramente entendemos que no hay posibilidad de una legítima defensa”.
“Es bastante relevante que la trayectoria de la bala sea descentente (…) Estamos ante una violación a los derechos humanos y claramente no hay una legítima defensa. Procede la medida cautelar de prisión preventiva”, añadió Rivera.
Además, la abogada penalista Elisabeth Matthei expresó que “el hecho de que el sujeto (Martínez) haya portado estos elementos tipo machete o sable, de los que tanto se ha hablado, en primer lugar se trata de elementos que uno puede observar que están alterados, modificados para ser utilizados en malabarismo. No tienen punta, como sí tienen los machetes de esa marca, que efectivamente se venden. Son elementos modificados para no ser cortantes”.
“El otro hecho que da cuenta de eso es cómo la víctima sostenía estos elementos. Se observa desde dónde la víctima tiene agarrados estos machetes: desde la hoja, no desde el mango. Eso es importante, porque del momento en que la víctima see lanza sobre el carabinero, cuando este ya había efectuado tres disparos, sí los empuña desde la empuñadura del machete y ya no los tres juntos en una sola mano desde el filo (…) No hay ningún antecedente en informes policiales que diga que la víctima presentaba cortes ene las manos donde sostenía los machetes. Eso da cuanta de que el sujeto no portaba realmente machetes y de que no se encontraba en una actitud amenazante”, añadió Matthei.
Defensa del acusado: “Don Juan trata de evitar esto, porque él va siempre retrocediendo”.
Más tarde, desde la Defensoría Regional se expresó que “lo primero es recordar que esto es una tragedia y para todos: para Francisco, para con Juan, para Panguipulli y para todos. Hay que recordar siempre que toda vida humana es valiosa y, por lo tanto, cualquiera que se pierda es una afectación a la sociedad. En ese sentido, la vida de don Juan también es valiosa y también recibe protección de parte del ordenamiento jurídico, y lo recibe desde antiguo a través de la legítima defensa. Tiene dos fundamentos: la protección de los individuos y el prevalecimiento del derecho a través de la prevención general”.
“Se señala que el joven intenta atacar con un machete al carabinero. Eso es lo que dice la testigo presencial de los hechos, no lo dicen funcionarios policiales, sino testigos civiles, que algunos estaban de paso por la ciudad y (otros) que viven en Panguipulli y que tal vez tienen mucho que perder con estas declaraciones (…) Incluso si el control fuera preventivo, si él se niega está cometiendo una falta de ocultación de identidad. Eso habilita, y lo dice el control preventivo, es justamente de las faltas que habilitan a la detención. Creemos que no es preventivo, en todo caso, pero si fuera preventivo estaban habilitados por las normas legales ya referidas”, agregó el abogado defensor.
Posteriormente, el abogado sostuvo que “en todo caso, debemos recordar que existe la norma que castiga el porte de armas cortantes y punzantes (…) Entonces, si a mí me dicen que hay personas con machetes metálicos, más allá de si tengan o no filo, de una empresa que se dedica a fabricar machetes y no utensilios de circo, lo mínimo que puede hacer un funcionario policial es acercarse y realizar las consultas respectivas. Es una obligación y eso fue lo que hizo don Juan al controlar a esta persona”.
Luego, indicó que González “le dice claramente a la persona que baje los cuchillos, y la persona no obecede las solicitudes de parte de la autoridad (…) El funcionario policial estaba con su uniforme, todos podían saber que era funcionario. Control físico no podía realizar, ¿cómo podía hacerlo si (Martínez) estaba con los machetes? (…) Claramente el bastón retráctil no era suficiente para el caso y lo otro que tenía era el arma de servicio. Don Juan trata de evitar esto, porque él va siempre retrocediendo. Nunca avanzó”.
“Lo único que le quedaba era el uso del arma de fuego, no tenía más alternativa, porque eso es lo que le da el Estado. Si el estado le diera otros medios, bienvenidos, pero eso no lo tiene don Juan en estos momentos. Él siempre dijo que soltara el arma, los machetes. No puso en riesgo la integridad de terceros y buscó disparar al suelo. Cuando termina la agresión, enfunda su arma y se queda en el lugar tres minutos, hasta que se resulta insostenible quedarse”, indicó posteriormente.
Además, afirmó que “ellos (querellantes) estiman que el último disparo fue desproporcionado. Nosotros creemos que no (…) El funcionario, antes de recibir su última agresión, todos sus disparos se dirigieron a la parte baja de la víctima, que blandía o exhibía sus sables y se acercaba al funcionario”.
Fuente. 24horas.cl