El vecino, quien es casado y tiene dos hijos y cinco nietos, se licenció hace unos días del Liceo Polivalente Domingo Latrille, siendo reconocido como un ejemplo de superación.
Estudios
Hasta segundo medio llegó el poblador, proceso que estaba cumpliendo en la Escuela Consolidada de María Elena. Pero por algunos problemas con las materias que le cursaban y al desinterés juvenil, en 1967 decidió dejar de estudiar.
Aquí, confesó a la Estrella de Antofagasta, que la decisión la tomó de “flojo” y porque le costaba mucho las matemáticas. “Me arrepiento mucho de esa determinación”, confesó.
Posteriormente en la década de 1970 trabajó como ayudante en una mueblería e ingresó después a Soquimich, lugar en el cual estuvo 38 años en el área de los trenes.
Pese a que el trabajo le satisfacía y su familia iba creciendo, sentía una deuda con su educación.
“Sin cuarto medio, nadie puede trabajar”, indicó Miguel.
Después de jubilarse hace unos años, actualmente presta servicios en el Liceo Polivalente Domingo Latrille, donde sus compañeros y su familia le instaron a terminar la enseñanza media.
En el 2019 se matriculó en la modalidad nocturna del Liceo Latrille, y tras pasar por el estallido social y la pandemia, finalmente terminó sus estudios, aunque le complicó un poco la tecnología. Aún así, tuvo una destacada calificación entre sus pares.
“Es una etapa que cumplí y no me siento defraudado, al contrario estoy orgulloso y mi familia también. Nunca pensé en que iba a se reconocido, quería puro morirme, no me lo podía creer. Feliz quedamos”, concluyó Miguel, quien recibió el reconocimiento “Espíritu Latrillano” por su ejemplo de superación.
